05/10/2017
Redacción Línea Verde
Nos referimos a recursos que se pueden regenerar en el tiempo de modo que no solo duren más (eficiencia), sino que sean para siempre (eficacia). Esto significa una rotura del vínculo entre escasez de recursos y actividad económica, utilizando únicamente aquellos recursos que se puedan regenerar para darles un uso productivo. Ejemplos pueden ser las energías renovables y los productos bioquímicos: esta aportación puede suponer el 40% del valor total.
En éstos se hace un uso óptimo de productos y activos, que los usuarios pueden utilizar e intercambiar con facilidad. Se enfoca a eliminar los tiempos de inactividad de productos en el mercado con el fin de aumentar el número de usuarios que disfrutan del mismo volumen de productos. Ejemplos son el uso compartido y el intercambio de productos y activos sobrantes: pueden suponer un 10%.
Se conciben y emplean productos hechos para durar. Es necesario poner en valor productos con uso económico durante más tiempo para que satisfagan una demanda mayor y sean más útiles sin necesidad de recursos naturales adicionales. Ejemplos son monetización de la longevidad de productos mediante servicio, actualización y reacondicionamiento: se estima un 30% del valor total.
En las que se generan #DesperdicioCero desde la producción hasta la eliminación. Su objetivo es la minimización de la destrucción del valor de los recursos en una cadena de valor, recuperando residuos y usándolos como puntos de partida para el siguiente proceso de producción.
ecointeligencia.com / Ricardo Estévez
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